Bien, son las 12 de la mañana y recién me levanto. No es que la madrugada sea una de mis cualidades en estos últimos meses, pero este día la holgazanería tiene una buena excusa.
Ayer he asistido a uno de los mejores conciertos de Reggae de mi vida. El frío nocturno de Santiago tuvo que ceder paso a las ondas de calor irradiadas por una banda Puertorriqueña (quien hubiera creído que además de salsa y reguetón, en Puerto Rico se hiciera buen reggae). Bueno los cultura embistieron todo con vibras dub y reggae al más puro estilo roots. Cadentes ritmos y una atmósfera repleta de tetrahidrocannabinol, dreadlocks y buena vibra, una perfecta ofrenda para Jah.
Una banda sencilla y de pocas palabras, pero sumamente activa en el movimiento independentista surgido desde las protestas de Vieques. Una muestra de que la lucha por la descolonización de Puerto Rico, está hoy más vigente que nunca.
Abajo Babilonia.
Ayer he asistido a uno de los mejores conciertos de Reggae de mi vida. El frío nocturno de Santiago tuvo que ceder paso a las ondas de calor irradiadas por una banda Puertorriqueña (quien hubiera creído que además de salsa y reguetón, en Puerto Rico se hiciera buen reggae). Bueno los cultura embistieron todo con vibras dub y reggae al más puro estilo roots. Cadentes ritmos y una atmósfera repleta de tetrahidrocannabinol, dreadlocks y buena vibra, una perfecta ofrenda para Jah.
Una banda sencilla y de pocas palabras, pero sumamente activa en el movimiento independentista surgido desde las protestas de Vieques. Una muestra de que la lucha por la descolonización de Puerto Rico, está hoy más vigente que nunca.
Abajo Babilonia.
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